Esta charla la escuché hace ya tiempo y hace unos días una compañera la volvió a nombrar. Será que llevo un par de días dándole a la cabeza más de la cuenta, pero hoy me ha dado por rescatarla de la inmensidad de la red para traerla aquí. Para haceros la vida fácil, aunque los subtítulos en castellano están disponibles, os hago un extracto de las ideas principales.
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En resumen, se podría decir que El Motivo por el que estamos aquí es la conexión. Conectar con la gente es lo que nos hace seguir en el negocio de la vida. La investigación de la doctora Brené Brown nos dice que el pilar fundamental para entender la conexión es la vergüenza, fácilmente entendida como el temor a la desconexión. Apuntalando la vergüenza se encuentra la vulnerabilidad, descrita como insoportable por aquellas personas con sentimiento de desconexón. Continuando con su investigación la doctora Brené Brown se dio cuenta de que lo que separaba a las personas que tenían una sensación de dignidad, un sentimiento de amor y pertenencia, de aquellas que no lo poseían, era simplemente que creían que merecían tener esa sensación de dignidad. Y aquí viene el giro, casi cómico, en lo que esta licenciada y doctora en trabajo social descubrió para su sorpresa y debacle personal, solo superada tras un año de terapia. Ella llama a esas personas con sentimiento de yo lo valgo personas “de todo corazón” y resulta que lo que caracterizaba a la gente “de todo corazón” es lo siguiente (y esto es casi una transcripción de lo que dice en el video):
Tenían el coraje de ser imperfectos. Tenían la compasión de ser amables con ellos mismos primero y luego con otros porque resulta que no podemos practicar la compasión con otras personas si no podemos tratarnos con amabilidad. Y lo último era que ellos tenían conexión, y esta es la parte difícil, como resultado de la autenticidad; estaban dispuestos a dejar de lado lo que pensaban que deberían ser para ser quienes eran, algo absolutamente necesario para lograr conexión. Lo otro que tenían en común era esto: aceptaban plenamente la vulnerabilidad. Creían que lo que les hacía vulnerables les hacía hermosos. No hablaban de vulnerabilidad como algo cómodo ni tampoco decían que fuera algo insoportable, como en el caso de la vergüenza. Sencillamente decían que era algo necesario. Hablaban de la disposición a decir “te amo” primero, la disposición a hacer algo sin garantías, la disposición a seguir respirando a la espera de la llamada del médico después de tu mamografía. Están dispuestos a invertir en una relación que podría o no funcionar.
Así que ya lo sabéis, a abrazar la vulnerabilidad se ha dicho.
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