Las de la noche

Este sobre las nuevas claves del origen del autismo me ha encantado pese a lo breve, por un par de razones. Una, porque el autismo lleva mucho tiempo en mi radar y que se acerquen a los genes me acerca a mí a tener algo que hacer con él (ya me he hecho con el artículo original a ver qué pinta tiene). Dos, porque el estudio es una mezcla de lo que yo le propuse a la jefa del laboratorio de Barcelona al que fui a una entrevista en agosto y lo que ella quería hacer, en este caso con la esquizofrenia. Espero que puedan hacerlo y que los estirados del comité evaluador le permitan tener un investigador postdoctoral para poder trabajar en ello porque si no las que estaban ya en el laboratorio van a tener que hacer malabares para llegar a todo.

Este me ha parecido muy interesante (inglés solo, sorry). A ver si me aclaro a explicarlo porque esto es más complicado que lo de las abejas ninja. Por lo visto hasta hace poco se pensaba que el cerebro vertebrado y las señales que llevan a su organización eran un invento muy tardío de la evolución, algo que había surgido en el grupo de los vertebrados después de haberse separado de los demás. A esta conclusión se había llegado al estudiar a nuestros parientes más cercanos no vertebrados, en los que no se encontraron ni la organización ni las señales típicas que las originan. Pues ahora resulta que un grupo de la universidad de Stanford se ha ido un poco más lejos, aunque solo hasta la siguiente rama del árbol genealógico, para investigar un gusano que vive en el fango en los fondos marinos. Este gusano descerebrado resulta que sí presenta, durante su desarrollo embrionario, las mismas señales que en el desarrollo embrionario de los vertebrados darán lugar a la formación de las distintas regiones del cerebro (y ya sé que lo de decir cerebro no es correcto, tómese como una pequeña licencia por el bien de la divulgación). Dado que compartimos esas señales con parientes tan lejanos, lo más lógico es pensar que las señales en sí ya estaban presentes en el ancestro común que compartimos con los gusanos descerebrados de los fangos oceánicos y que nuestros parientes un poquito más cercanos las han perdido en su camino hacia su idiosincrasia actual. Esta noticia, claro, no es apta para los que se siguen asustando cada vez que alguien dice que somos primos de los monos (ver la siguiente noticia).

En el estado de Tennessee se ha conseguido lo que parecía biológicamente imposible: desevolucionar. De aquí a la enseñanza del creacionismo en clase de ciencias quedan menos Propositions que para que se apruebe el matrimonio gay (lo siento, la noticia está en inglés)

De este estudio admito que solo me he leído el abstract (resumen) pero es que solo de ver el título me partía de la risa, supongo que porque lo he visto después de la noticia de la Monkey Bill: Low-Effort Thought Promotes Political Conservatism. Algo así como que El razonamiento de bajo esfuerzo promueve el conservadurismo político. Otros elementos que encuentran que favorecen una actitud conservadora son la ingesta de alcochol, tener más faena que menos y que se te eche el tiempo encima. No me digáis que no es gracioso…

Para rematar, dos avances impresionantes. Por un lado, un transplante de médula ósea en ratones a los que se ha inducido una forma severa de autismo, el síndrome Rett, ha resultado en una dramática recuperación de los animalillos. La mejoría se debe a que en el síndrome de Rett, el sistema inmunitario es deficitario. Parece que las células de la microglía, que vienen a ser los camiones de la basura que mantienen el cerebro aseadito, son las que obran el milagro de la recuperación y, lo que es más esperanzador, lo conseguían una vez el síndrome ya se había desarrollado completamente, lo cual abre las puertas a un posible tratamiento para las pequeñas que nacen con él - los pequeños que lo desarrollan, debido a que el gen se encuentra en el cromosoma X y no tienen una copia “sana” del gen que trabaje un poco, fallecen a las pocas semanas de nacer. Quién sabe, quizá incluso para ellos haya un futuro menos amargo.

Y ahora la noticia que me ha dejado fascinada y que ha aparecido hoy en poco menos que todas las webs de divulgación científica y secciones de ciencia de periódicos habidas y por haber. En la imagen que véis abajo se visualizan, nada más y nada menos, las conexiones neuronales de nuestro cerebro (aunque aún no lo han acabado de mapear). Estoy deseando leerme el artículo original. No me digáis que no es sencillamente alucinante, además de hermosamente sencillo: lo que se pensó que era una maraña indescifrable de conexiones neuronales es, sin embargo, una ordenada red de fibras que corren paralelas o perpendiculares entre sí. Al concejal de urbanismo de Manhattan le tiene que encantar enterarse de esto…

Por si alguien se lo está preguntando, los otros primates no humanos (o sea, monos) estudiados presentan la misma organización.

2 comentarios:

  1. ¡Que guay!Ese problema parecía difícil de solucionar. Me alegra que alguien vaya encontrando pequeñas soluciones a los grandes problemas. Leyendo tus comentarios espero mantener activas mis neuronas, me haces pensar...
    Muchos besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ainch! Tengo una idea de quién eres, pero preferiría no tener que especular...

      Eliminar