Eso mismo digo yo

A veces, cuando tecleo con nostalgia de guillotina y blasfemo en exceso, algún lector me reprocha que no aporte soluciones, recursos o vías alternativas. Que no practique la blasfemia constructiva. Pero tengo respuesta para eso. Si tuviera soluciones en el canuto mágico, napalm aparte, cobraría más por esta página, y en vez de Patente de Corso la llamaría Tres en Uno. Como no las tengo, me limito a despacharme a gusto. Todo sea por evitar la concentración de ácidos y la úlcera. Eso no quita para que a veces también se me ocurra algo útil.

Arturo Pérez Reverte, Patente de corso – Madrid, tapas y putas

No hay comentarios:

Publicar un comentario