Después de pasar unos días dando la tabarra en persona, de nuevo me convierto en un ente digital y os mando mis impresiones y las cosillas que me voy encontrando por ahí a través de este portal. Para variar, hoy escribo con prisas y a ratos, pero me disculparéis si me sale un poco inconexo porque todos sabéis lo que es "la vuelta al cole" y la cantidad de faena que se le puede acumular a una. Si a eso le sumáis que yo con el jet-lag no hago más que dormir, la semana escasa que llevo por aquí no me ha dado para mucho y me tengo que poner las pilas.
Hoy he leído algo en el resumen de noticias del próximo número de la revista Science que me ha llamado la atención, casi diría que me ha hecho gracia. Me ha recordado al documental sobre el cerebro masculino que os recomendé hace ya un tiempo. Resulta que las lágrimas de la mujer reducen la producción de testosterona y el apetito sexual en el hombre. La química tiene la clave porque el secreto está en el olfato. El estudio se lo debemos a dos grupos de investigación israelíes liderados por Noam Sober. Será momento de dejar de usar la excusa (bastante sinrazón, por cierto, pero eso es otro tema) del dolor de cabeza y echar cuatro lagrimillas para desactivar efectivamente esa parte del cerebro que se empeña en ser doble grande en ellos.
En el mismo resumen también ha captado mi atención una noticia que debería ser de interés para quienes se dedican a la enseñanza (y de esas hay en mi vida unas cuantas personas, así que a ver si al menos alguien le saca partido a esta costumbre mía de mandar al aire cibernético lo que me encuentro). En este caso, desde el departamento de psicología de la Universidad de Chicago, Gerardo Ramírez y Sian L. Beilock nos cuentan que a los estudiantes les salen mejor los exámenes si un rato antes de enfrentarse a ellos se sientan a escribir sobre la ansiedad que les provoca el examen que están a punto de hacer. La intervención funciona sobretodo en alumnos que son generalmente más nerviosos. Con lo fácil que suena, a partir de mañana mismo deberían poner a todos los chavales a escribir antes de cada examen.
También quería dejaros unas imágenes a las que llegué gracias a Mangas Verdes. En la página web de Shinichi Maruyama se pueden encontrar fantásticas fotos de algo tan simple y tan bello como el agua. Para no hacerle trampas al copyright, en lugar de poneros una copia a baja resolución de una de las fotos os dejo el video que está disponible en Vimeo, pero os recomiendo que os paséis por la web del artista y os deleitéis con las vistas.
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